Nº Colegiada: CA-01242
Gabriela es graduada en Psicología por la Universidad Europea del Atlántico en Santander, así como Psicóloga General Sanitaria por la Universidad Alfonso X el Sabio. Además, experta en mindfulness, especializada en terapias contextuales y terapias de tercera generación.
La vida de un deportista de alto rendimiento es un viaje emocionante pero desafiante, en el que la pasión por el deporte se entrelaza con la constante búsqueda de la excelencia. Sin embargo, detrás de los logros espectaculares y los momentos de gloria, hay una realidad importante que a menudo se pasa por alto: la salud mental.
Estrés y Rendimiento
El estrés es una compañía constante en la vida de los deportistas de élite. La presión de rendir al máximo en cada competencia y el miedo al fracaso pueden generar niveles significativos de estrés. Sin embargo, no todo estrés es perjudicial. Una cantidad adecuada de estrés puede actuar como un motor que impulsa a los deportistas a superar sus límites y a alcanzar niveles más altos de desempeño.
Sin embargo, existe un punto crítico en el que el estrés puede volverse perjudicial. Cuando se vuelve abrumador, puede afectar negativamente la concentración, la toma de decisiones y la ejecución de habilidades técnicas. Los deportistas pueden experimentar una serie de síntomas físicos y emocionales, como insomnio, fatiga, irritabilidad, ansiedad y falta de confianza en sí mismos. Este estrés excesivo puede desencadenar un ciclo negativo en el que el rendimiento disminuye, lo que a su vez aumenta la presión y el estrés.
Es esencial que los deportistas aprendan a manejar el estrés de manera efectiva para optimizar su rendimiento. Aprender a manejar y canalizar el estrés de manera efectiva a través de técnicas de respiración, visualización y entrenamiento mental puede marcar una gran diferencia en su capacidad para enfrentar los desafíos con confianza y concentración.
Expectativas y Autoexigencia
La búsqueda incansable de la excelencia en los deportistas de alto rendimiento a menudo viene acompañada de altas expectativas y una autoexigencia implacable. Los deportistas de élite se enfrentan al desafío de mantenerse en la cima de su deporte en todo momento, lo que puede generar una carga significativa en su bienestar mental. Aunque la ambición y la determinación son cualidades valiosas, es esencial reconocer que el camino hacia el éxito no siempre es lineal, y los errores y las dificultades son parte integral de cualquier trayectoria.
La autoexigencia puede impulsar a los deportistas a esforzarse constantemente por mejorar y superar obstáculos. Sin embargo, cuando esta autoexigencia se convierte en una voz crítica interna que nunca se satisface, puede llevar a la ansiedad, la autocrítica y la sensación de nunca ser lo suficientemente bueno. En este contexto, la autocompasión emerge como una herramienta fundamental. Cultivar la autocompasión implica tratar consigo mismo con la misma amabilidad y comprensión que se brindaría a un amigo querido en momentos de dificultad. Aprender a abrazar los errores como oportunidades de crecimiento y a valorar los logros, grandes y pequeños, puede cambiar la forma en que los deportistas se relacionan consigo mismos y con su rendimiento.
Lesiones y Resiliencia:
Las lesiones son una parte inevitable del mundo del deporte. Una lesión repentina puede no solo afectar el rendimiento físico, sino también tener un impacto en la salud mental. Los deportistas enfrentan la incertidumbre de la recuperación y pueden experimentar emociones como la frustración, la tristeza y la ansiedad. Aquí es donde la resiliencia entra en juego. Cultivar la resiliencia mental es esencial para superar las adversidades, permitiendo a los deportistas adaptarse, recuperarse y regresar aún más fuertes después de una lesión. Trabajar con profesionales de la salud mental y establecer un plan de rehabilitación integral puede ayudar a fortalecer la resiliencia.
Colaboración Interdisciplinaria
La salud mental en los deportistas no es responsabilidad exclusiva de un individuo. La colaboración interdisciplinaria entre entrenadores, médicos, fisioterapeutas y profesionales de la salud mental es esencial para brindar un enfoque integral. Trabajar juntos para identificar desafíos y desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas puede contribuir en gran medida al bienestar general de los deportistas. La comunicación abierta y la comprensión de las necesidades individuales son pilares clave en esta colaboración.
En definitiva, la salud mental en los deportistas de alto rendimiento es una preocupación necesaria y legítima. Al abordar aspectos como el estrés, las lesiones, las expectativas y la colaboración interdisciplinaria, estamos construyendo una base sólida para el bienestar emocional de los deportistas. La salud mental es parte importante de su éxito y, a medida que avanzamos, debemos continuar apoyando y defendiendo su bienestar en el camino hacia el rendimiento y la realización personal duradera.